miércoles, 29 de junio de 2016

JORNADA 15: CEA - CASTRO DOZÓN (24/09/2015)

A las 8 de la mañana ya estábamos fuera del albergue. Lo primero fue desayunar en la cafetería Sol y Luna, en la carretera principal, muy cerca de la plaza del pueblo. El desayuno fue muy agradable. Los propietarios de la cafetería resultaron ser gente muy enrollada y con muchas ganas de ayudar al peregrino.

Para ir de Cea hasta Castro Dozón hay dos alternativas, la oficial, que pasa por Piñor y la que, dando un rodeo, pasa por el Monasterio de Oseira. Nosotros teníamos muy claro que nos apetecía mucho pasar por el Monasterio.



El camino hacia Oseira es muy bonito...y algo empinado, pero soportable. Hay unas esculturas de piedra muy originales que indican el camino.








Mientras estábamos caminando tranquilamente, divisamos dos enormes jabalís. Fue tal la impresión que ni siquiera se nos ocurrió fotografiarlos.

El camino de tierra se acaba y hay que seguir por una carretera comarcal, pero se compensa con lo precioso del paisaje y sus tonalidades de verde.







También pasamos por delante de una iglesia pequeña, pero muy bonita. Lamento no recordar cómo se llama.





El Monasterio no llega nunca, está muy escondido y, de repente, tras pasar una curiosa fuente y cruzar un riachuelo, ahí estaba, enorme, majestuoso, tal como nos lo habíamos imaginado. No me extraña que sea conocido como "el Escorial gallego". El Monasterio fue fundado en el siglo XII por monjes benedictinos, aunque actualmente los monjes que lo habitan pertenecen a la orden cisterciense.















El Monasterio cuenta con un albergue de peregrinos que, a pesar de que pernoctar debe ser una experiencia muy enriquecedora, tuvimos que dejarlo para otra ocasión ¡Solo llevábamos recorridos 9 kilómetros! Otra vez será.

Nos apetecía mucho una visita guiada al Monasterio, pero faltaba casi una hora , así que decidimos que no nos compensaba esperar tanto tiempo. Aprovechamos que había un bar abierto para comernos un bocata de delicias de la zona.




La continuación del camino es, cómo no, cuesta arriba y permite disfrutar de unas preciosas vistas del Monasterio. 








No sé si nos despistamos con las vistas o que, en un desvío, escogimos el camino fácil (el que no era cuesta arriba), pero nos equivocamos y fuimos por donde no tocaba ¡bendito error! Gracias a ello disfrutamos de una de las experiencias más bonitas de nuestro camino. Eran las 12 del mediodía y las campanas del Monasterio tocaban el Ave María ¡Espectacular!




El primer tramo del camino desde el Monasterio de Oseira es brutal: en un tramo de 900 metros de longitud se suben 115 de altura. Muy duro pero, desde luego, vale la pena.










Más adelante hay que seguir por una solitaria carretera local, un poco cuesta arriba al principio, aunque hay que reconocer que también había tramos cuesta abajo.

Pasamos por unas cuantas aldeas (Vilarello, Carballediña, Outeiro de Coiras) a cual más pequeña, y aprovechamos el paso por A Goxa (primera aldea que nos encontramos en la provincia de Pontevedra) para tomarnos una cocacola y sellar la credencial.







Poquito a poco llegamos a Castro Dozón y buscamos el albergue. Está en el quinto pino, en la salida del pueblo, en las afueras.




El albergue está muy bien, aunque tuvimos que ducharnos con agua fría. Había un problema con el propano y no había forma de calentar el agua. 



Nosotros nos conformamos (no había para tanto), pero los cuñados (los mismos del albergue de Cea) montaron un pollo del copón. Luego nos enteramos que pertenecen a esta nueva especie de peregrinos que mandan por taxi la mochila hasta el siguiente albergue, pero que son exigentes como si estuvieran en un hotel de lujo.

Después de la colada y de la ducha, fuimos al supermercado del pueblo a comprar la cena y el desayuno. Había que aprovechar la cocina y el comedor del albergue, valía la pena.

Pasamos la tarde en el jardín, tomando el sol, leyendo, descansando...disfrutando del momento.

También aprovechamos para cuidar y mimar los pies de Malen. Ayer le salió una ampolla en la planta del pie y cada vez le molesta más. 

La cena casera fue buena y de calidad. Ensalada de pasta cocinada por Malen y, por supuesto, Estrella Galicia que no falte ¡Impresionante!






RESUMEN DE LA JORNADA

Distancia recorrida: 21,9 kilómetros.

Altitud máxima: 817 metros.

Altitud mínima: 517 metros.

Ascenso acumulado: 636 metros.

Descenso acumulado: 406 metros.

Velocidad media: 2,94 km/h.