miércoles, 24 de febrero de 2016

JORNADA 11: CAMPOBECERROS - ALBERGUERÍA (20/09/2015)

Pasé una noche horrible. Los picores fueron en aumento y me iban apareciendo picaduras (o ronchas, no sé) por todo el cuerpo. Ya no sabía qué pensar ¿chinches? ¿sarna? Fuera lo que fuera, me tenía muy preocupado. Solo me aliviaban, y por poco tiempo, las friegas de alcohol de romero. Estaba claro que el único objetivo del día era encontrar una farmacia y arrasar con todo lo que tuvieran que pudiera servir para solucionar este  problemón.
Desayuné en el Bar da Rosario ¿dónde si no? Durante la cena de anoche le pregunté a qué hora abría por las mañanas y me dijo que a las 9 pero que si le decía a qué hora iría, abriría antes. Quedamos a las 8. Está claro que Rosario es uno de los ángeles del Camino.
La primera parte de la jornada es por carretera y cuesta arriba. Ya lo conocía de ayer, que lo estuve recorriendo en busca de cobertura. Hasta Portocamba son unos 3,5 kilómetros de ascenso continuo y bastante duro a estas horas de la mañana.
Un poco antes de llegar a Portocamba, en el lado derecho de la carretera, hay una placa en memoria de los carrilanos portugueses asesinados por los fascistas en la Guerra Civil. Es bueno no olvidar estas atrocidades.


Portocamba es una aldea (una calle, diría yo) destartalada y desierta, de unos 20 habitantes según he leído en algún sitio.





Un kilómetro más arriba, está la cruz del Peregrino, levantada en memoria de todos los peregrinos fallecidos haciendo el camino.



Después de una breve parada, como muestra de respeto a los peregrinos caídos, se abandona la carretera ¡por fin! y empieza una bajada de 12 kilómetros hasta Laza que, según las guías, dispone de todos los servicios ¡Por fin encontraré una farmacia que alivie mis penas!
Un poco antes de llegar a la cruz, adelanté a la pareja de peregrinos belgas y aproveché para despedirme de ellos. Me habían dicho que pensaban hacer noche en Laza, así que seguramente ya no volvería a verlos porque mi idea era finalizar en Alberguería.
La bajada, además de larga, es bastante pronunciada y prácticamente toda transcurre por caminos de tierra, excepto alguna corredoira. En la aldea de As Eiras hay un curioso centro de atención al peregrino.

















En la entrada de Laza coincidí con la pareja de franceses, los saludé y me fui directo a buscar una farmacia. Pronto la encontré (está a la entrada del pueblo) pero resultó que no había caído en un insignificante detalle: ¡era domingo y estaba cerrada! Los de ciudad estamos muy mal acostumbrados porque siempre hay farmacias de guardia, aunque sea domingo pero, en estos pueblos, los domingos todo cerrado y mañana será otro día.






Al menos algunos bares estaban abiertos, así que aproveché para comerme un bocata y, una vez recuperada la cobertura en el móvil, hacer las pertinentes llamadas telefónicas.
Desde Laza se sigue por carretera, en suave ascenso, hasta Soutelo Verde donde se sale del asfalto y se vuelve al camino de tierra. 









A partir de aquí, hasta Tamicelas, el ascenso ya es importante y, una vez rebasada esta última aldea, el ascenso ya es la hostia.








La fuerte pendiente obliga a tomar algún que otro descanso y, de vez en cuando, a reponer energías a base de comer plátanos.

















El tramo entre Tamicelas y Alberguería se me hizo muy muy largo, pero al llegar al albergue todo se olvida.



El albergue es muy especial y el bar, con todas las paredes y techos forrados de vieras donde los peregrinos han puesto su nombre, también. Ambos son propiedad de Luis Sande, uno de los iconos del Camino Sanabrés.



Me registro, me ducho y salgo a dar un paseo por el pueblo (aldea, más bien). Me encuentro otra vez sin cobertura y tengo que ir por carretera, a 2 kilómetros, donde me han dicho que hay un alto donde hay alguna cobertura y podré llamar. Efectivamente puedo llamar, así que me pongo en contacto con la familia y me despido hasta el día siguiente, con la esperanza de que eso de la falta de cobertura sea una enfermedad pasajera.

El albergue es un edificio de piedra y su interior es muy curioso, con mucha personalidad como se diría por ahí, con detalles que, incluso, podrían tildarse de estrafalarios.










El bar tampoco se queda atrás en cuanto a "personalidad". La tradición es que a todos los peregrinos que pasan por el bar se les da una vieira y un rotulador para que pongan su nombre y, luego, esta vieira se cuelga de la pared o del techo. Yo estuve buscando la que colgamos en el techo en 2011 y no fui capaz de encontrarla.





La alergia va a más (he decidido que tiene que ser eso, alergia) así que, aprovechando que hay lavadora y secadora, he decidido lavar toda mi ropa, por si las moscas.

La aldea tiene pocas cosas que ver: el albergue, el bar, algunas casas muy bonitas y señoriales y, sobre todo, el rollo jurisdiccional "Pena de Picota", una joya histórica, por lo visto.



La tarde transcurre entre visitas al bar y control de la lavadora. Mucho me temo que toca acostarse otra vez a la hora de las gallinas.

La lavadora ha hecho su trabajo, pero la secadora no acaba de ir bien. Se para continuamente y así no hay forma de secar la ropa, y toda la que tengo, excepto la que llevo puesta, está mojada.

Ceno temprano en el bar y me acuesto enseguida, aunque con continuas visitas a la secadora para volver a ponerla en marcha, hasta que me canso y digo ¡que le den! y ya me acuesto definitivamente.

He dormido fatal, el picor me está matando. Me he pasado toda la noche dándome friegas con alcohol de romero y levantándome de vez en cuando a pasear por el albergue. En uno de estos paseos, he localizado el botiquín del albergue y había una pomada (Crematel) que no tengo ni idea de para qué sirve, pero el nombre me ha convencido y he empezado a untarme como un loco. No sé se servía de algo o no, pero me he pasado la noche alternando friegas de alcohol de romero y la pomada.







RESUMEN DE LA JORNADA
  
Distancia recorrida: 27,2 kilómetros.
  
Altitud máxima: 1010 metros
  
Altitud mínima: 468 metros

Ascenso acumulado: 664 metros

Descenso acumulado: 667 metros
  
Velocidad media: 3,9 km/h