martes, 17 de noviembre de 2015

JORNADA 8: PUEBLA DE SANABRIA - LUBIÁN (17/09/2015)

El día amaneció frío, pero soleado. Desayuné en la cafetería del hostal y, a las 8:15, salí dispuesto a andar lo que hiciera falta. A esa hora el sol, recién salido , iluminaba el castillo y el casco antiguo de Puebla de Sanabria con una luz muy bonita y espectacular. No me pude resistir e hice la primera foto de la mañana.



Se va por carretera hasta después de pasar por el puente sobre el río Castro (el cuarto río de mi Camino), en que ya se abandona el asfalto.


El tramo entre Puebla de Sanabria y Requejo tiene de todo: tramos en la vera del río Castro, el paso por una empresa de áridos y hormigones que es una auténtica bofetada al paisaje, un poco de carretera y mucho bosque espectacularmente bonito.









Después de unos 10 kilómetros, se llega a Terroso, pasando antes por la iglesia de Santiago, pasando por en medio de un campo de fútbol (me entraron ganas de pasar por debajo de la portería y gritar ¡¡gooool!!! pero me contuve) y por un bonito crucero.





En Terroso estábamos a 9 grados, que no es mala temperatura para caminar cargado con la mochila.


Poco más de dos kilómetros después, se llega a Requejo, donde aproveché para tomarme un bocadillo en el bar que se encuentra junto al ayuntamiento (debo decir que me pareció muy caro, la verdad).











Por cierto, justo antes de llegar al pueblo me encontré, en mitad del camino, con una arqueta de la DGT ¿será para controlar la velocidad de los ciclistas?


Desde Requejo se empieza la subida al Padornelo. Debido a las obras del AVE, una parte importante de la subida hay que hacerla por la carretera nacional. Es una subida larga pero muy llevadera y, debido al paisaje que la rodea, agradable.





Cuando ya no faltaba demasiado para llegar arriba pude volver al camino, aunque me perdí el paso por el viaducto y por el túnel por el que tienen que pasar los que hacen la subida por carretera.

Se pasa por debajo del viaducto y se rodea el monte para no tener que pasar por el túnel.









Una vez en la cima del Padornelo (1356 metros de altitud) toca empezar a bajar ¡ya era hora!

Sin mirar el GPS (para qué, si lo tenía muy claro), seguí por un camino que empieza en la cima y va paralelo a la carretera. Hay que pasar unas barreras y luego empieza una fuerte bajada.

El camino es bonito y es agradable bajar tanto después de 20 kilómetros subiendo, pero algo me decía que la cosa no iba bien. El camino se estaba separando de la carretera y parecía que la cosa iba a más. Comprobé el GPS y, efectivamente, me había salido de la ruta.

Tuve que volver a subir todo lo que tan alegremente había bajado (pasarse de listo tiene estas cosas).





Una vez arriba, fui por carretera hasta el pueblo de Padornelo, donde aproveché para parar en un bar a tomar un refresco.



Por culpa de las obras del AVE, han cambiado el camino hasta Lubián, ahora hay que seguir bajando por la antigua carretera nacional hasta que ésta se cruza con la autopista y se queda cortada. Entonces se tiene que coger un desvío a la izquierda y cruzar la autopista por sendos túneles.








Después de cruzar los túneles se divisa Aciberos y luego el camino hasta Lubián, que transcurre entre bosques y, la verdad, es francamente bonito. Creo que es la primera vez que un desvío no desmerece el camino original. 











 
Después de un buen rato de andar, cuando el cansancio empezaba a hacer mella, empecé a divisar Lubián ¡por fin!








El albergue de Lubián se encuentra al principio del pueblo y, cuando llegué, me quedé sorprendido al ver la cantidad de gente que había. Después de haber estado hasta ahora prácticamente en familia, tenía sensación de saturación en el albergue. Éramos 7 que íbamos a pie (dos franceses, dos belgas y, el resto, del país) y luego llegaron tres ciclistas valencianos (bastante maleducados, por cierto) que estaban haciendo el Camino al revés, es decir, de Santiago a Granja de Moreruela.


 
Una vez que me ubiqué en mi cama (la última que quedaba en la parte baja de las literas) y me duché, me fui a dar un paseo por el pueblo y pasé por el supermercado a hacer la compra para la cena y el desayuno del día siguiente. Lubián es pequeño, pero bonito.








 Después del paseo, vuelta al albergue porque a las 20 venía la hospitalera de turno a cobrar (cada quince días cambian de hospitalero, turno que hacen un grupo de voluntarios del pueblo). Después de un rato de charla con ella me preparé la cena, cené, me aseé y me metí en la cama. El día había sido duro y la jornada de mañana prometía serlo también.


RESUMEN DE LA JORNADA
  
Distancia recorrida: 30,3 kilómetros.
  
Altitud máxima: 1356 metros
  
Altitud mínima: 893 metros

Ascenso acumulado: 660 metros

Descenso acumulado: 547 metros
  
Velocidad media: 3,8 km/h