viernes, 14 de enero de 2011

QUINTA ETAPA, BELORADO-BURGOS (13 de agosto de 2005)


Malen, de buena mañana, resistiéndose a levantarse

Como nos habían dicho que se podía desayunar en el albergue, la comodidad obliga y lo hacemos, a 1’50 euros por cabeza. El desayuno no es precisamente espléndido, pero como tampoco es caro, compensa, y a las 8:00, como es de rigor, ya estamos de nuevo en marcha.

Vamos por el camino para seguir eludiendo la carretera de Burgos y pasamos sin detenernos por varios pueblos: TOSANTOS, VILLAMBISTIA, ESPINOSA DEL CAMINO y llegamos a VILLAFRANCA DE LOS MONTES DE OCA, donde descansamos un poco, antes de emprender lo que ya sabemos que va a ser uno de los tramos más duros de todo el Camino, la subida a los Montes de Oca, de camino al Monasterio de San Juan de Ortega.

Iglesia neoclásica de Santiago Apóstol, en Villafranca Montes de Oca

La subida resulta más infernal de todo lo que nos podíamos imaginar, un auténtico camino de cabras y unos repechos increíbles. El resultado es que más de 2/3 de la subida los hacemos arrastrando la bicicleta como podemos y no se sabe cuantos adelantamientos hubo entre los ciclistas (más rápidos en los pocos tramos ciclables) y los caminantes (más rápidos en los no ciclables).

Haciendo empujing

Es una subida en que, cuando llegas a un plano y crees que has llegado a la cima, avanzas un poco y llega otra cuesta, y otra.

Lo único positivo de esta subida es lo impresionante del paisaje y lo bonitos que son los tramos del camino que discurren entre la extensa vegetación.

Preciosas vistas desde los Montes de Oca

Además del paisaje, la recompensa es que, después de llegar arriba, hay un tramo casi igual de largo, con muy buen camino y cuesta abajo hasta el monasterio; así que cuando llegamos a SAN JUAN DE ORTEGAtenemos el bar casi para nosotros solos y podemos merendar y visitar la iglesia tranquilos.

El Camino por los Montes de Oca



Bajando a toda leche hacia San Juan de Ortega

San Juan de Ortega

En el bar de San Juan de Ortega nos ponen el primer y único sello del día.

Como vamos bien de tiempo y lo que queda de la etapa del día es casi todo cuesta abajo, decidimos comer en Burgos, así que apenas nos paramos en los pueblos de AGÉS, ATAPUERCA(aquí decidimos pasar olímpicamente de la visita a los yacimientos prehistóricos, ya que nos habían informado que no valía la pena porque sólo se podían ver andamios y poquita cosa más), VILLALVAL, CARDENUELA DE RIOPICO, ORBANEJAy VILLAFRIA. Lo del casi es porque también había alguna subida y las bajadas de gravilla apretando los frenos todo lo posible

En Agés, nos encontramos con un par de vascos que hacían el Camino andando y llevaban una marcha increíble. No corrían como el alemán pero sus distancias eran parecidas. Aún los encontraríamos después de Burgos, en Carrión de los Condes (Aprovecharon nuestro día de descanso para adelantarnos) y, como este año no hacían más que la mitad por falta de tiempo, y les pusimos los dientes largos contándoles la hazaña germánica, no es descartable que el año que viene hagan corriendo lo que les falta y, además, con mochila de reglamento.

Nos queda constancia por ellos y otros que nos vamos encontrando que debe ser cierto que son una raza superior, tienen una resistencia fuera de lo común.

En BURGOScomemos unos bocadillos en la terraza de un bar que su dueños tuvieron a bien servirnos, aunque llegamos cuando estaban cerrando. ¡Y yo que pensaba que los bares no cerraban al mediodía en ningún sitio!, y es que la gente no sabe que hacer para acreditar idiosincrasia propia y genuina.

Una vez comidos, vamos a la búsqueda del Hostal que tenemos reservado (nos vamos a quedar un día en Burgos haciendo turismo y, en los albergues, sólo se permite estar una noche) y nos cuesta un poco. Nos habría costado bastante menos encontrar el hotel si los hombres del grupo hubiéramos preguntado por su localización en la gasolinera por la que pasamos cuatro veces buscando el hotel. El componente femenino iba enfadadillo con los estereotípicos masculinos, pero acabamos encontrándolo.

Nos acomodamos después de recibir una lección magistral de Historia, Arte y Gastronomía locales de parte de un autodenominado profesional de la hostelería que regenta el hostal, todo un personaje del que decidimos escondernos durante el resto de la estancia.


El Cid Campeador en Burgos, cómo no

Salimos a dar una vuelta y comprar algunas viandas (al día siguiente es domingo) mientras se hace la colada en la lavadora del hostal que han puesto a nuestra disposición por un módico precio.

Una vez la colada está terminada el hostalero nos llama para tenderla. Dios mío!! a Joaquín y a Malen les da una larga conferencia sobre lo difícil es encontrar gente que cuelgue bien la ropa!! Surrealista, aunque su bigotillo, algo daliniano, tendría que habernos dado una pista.

Paseo junto al río Arlanzón en Burgos

Volvemos al hostal a tender la ropa y nos vamos a cenar de pinchos a una taberna de las cercanías a la que habíamos echado el ojo, “Manrique” de nombre. Y a dormir que estamos cansados y tenemos todo un día por delante para pendonear por Burgos.


RESUMEN DE LA ETAPA: 52’73 Km. en 4 horas y 49 minutos, con una media de 10’9 Km./h.



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