Los cuatro peregrinos oficiales (teníamos que ser cinco, pero Juan se rajó a última hora) nos reunimos en casa de Yolanda y Tomeu para, en una opípara cena, concretar los últimos detalles previos a la salida oficial. En esta cena quedaron definitivamente confeccionadas las listas con el material que íbamos a transportar cada uno y, de paso, Malen, Joaquín y Sera aprovecharon para dejarle a Yolanda una maleta con los efectos personales que iban a necesitar una vez llegados a Santiago, si es que conseguíamos nuestro objetivo, cosa que, todo hay que decirlo, generaba algunas dudas en el entorno.
Malen y Yolanda a punto de hincar el diente
Tomeu y Sera con el buche lleno y satisfechos
Terminada la cena, se procedió a la entrega de Credenciales a los Peregrinos (no nos fiábamos de recogerlas en Roncesvalles, por aquello de “más vale pájaro en mano…” y las conseguimos en Palma, en la Asociación de Amigos del Camino. Dicho solemne acto fue oficiado por Yolanda y los cuatro peregrinos, uno a uno, recibimos con gran emoción la credencial que nos iba a acompañar durante toda la peregrinación y que, posteriormente, serviría de justificante para conseguir la ansiada Compostela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario