domingo, 25 de septiembre de 2011

SEGUNDA JORNADA (09-09-2011): ALDEA DEL CANO - EMBALSE DE ALCÁNTARA (61,38 Km )

Estamos en el albergue del Embalse de Alcántara. Un albergue estupendo, con unas vistas muy bonitas sobre el embalse. Dicen que la puesta de sol, vista desde el albergue vale la pena, os lo confirmaré más tarde.

Hoy escribo la crónica desde un ordenador. Es un lujo que hay que agradecer a la hospitalera del albergue, que no ha tenido ningún reparo en prestarme el suyo personal. Desde aquí, muchas gracias.

Empecemos por el principio. A las 8:30 hemos dejado el albergue de Aldea de Cano, con las bicicletas en orden de marcha, y nos hemos ido a desayunar al bar que hay junto al albergue. No hay mucho donde elegir en este pueblo.



Hemos empezado a pedalear sobre las 9 (es nuestro sino, no conseguimos salir pronto ni aunque nos lo propongamos). Ayer fue prácticamente todo camino y hoy ha sido justo al revés. Entre que el camino transcurre junto a la carretera y que, según las guías no hay mucho que ver que sea especial, hemos decidido combatir el fuerte calor (tanto o más que ayer).



Por carretera nos hemos plantado en Cáceres en un plisplás. Uy!, me olvidaba del puerto de las Camellas. Son 494 metros de altitud, pero es muy tendido y se sube bien. Cuando te quieres dar cuenta ya estás en lo alto.

A cincuenta metros del alto de las Camellas, Sera ha ganado el premio al primer pinchazo de nuestra ruta ¡por carretera! Por suerte, ha sido en la rueda delantera y no nos ha llevado demasiado tiempo cambiarle la cámara.



Visita turística por Cáceres (visita de médico), fotos al casco histórico, sellado de credenciales en la Iglesia de Santiago, y hacia Casar de Cáceres.




En Casar de Cáceres hemos comido unos bocadillos que no estaban mal del todo, dos de jamón ibérico y dos de torta del Casar y, una vez finalizado el trámite, otra vez en orden de marcha.

Nuestra idea era llegar hasta Cañaveral pero, entre que hacía un sol de fuego y que los informes que teníamos del albergue no eran muy favorables, ha bastado recibir una señal divina para decidirnos por el albergue del Embalse de Alcántara.

Me voy a explicar con lo de la señal divina. Cuando ya casi habíamos sobrepasado el Embalse, en mitad de una subida bastante fuerte, nos hemos encontrado con un peregrino tendido en el suelo, al que estaban atendiendo por un golpe de calor. Les hemos preguntado si necesitaban ayuda pero, mientras le estaban poniendo suero por goteo, nos han dicho que no hacía falta, que estaban esperando una ambulancia y que estaba al llegar. Hemos seguido subiendo, pensando más en lo que habíamos visto que en lo que nos quedaba y, de repente, un cartel que ponía "Albergue de Peregrinos a 500 metros". Nos hemos dicho, "esto es una señal" y, antes de que nos tuvieran que atender a nosotros por lo mismo, hemos decidido finalizar nuestra jornada bicigrina.

Hoy ha vuelto a hacer un calor muy fuerte, se ve que es nuestro sino.

Hemos llegado cansados y acalorados, pero los ánimos están en lo más alto. Si hay que bicigrinear con este sol, habrá que hacerlo, que el peregrino no es quejica sino agradecido.

Ahora sí. Ahora ya os puedo confirmar que contemplar la puesta de sol desde el albergue vale mucho la pena.




No hay comentarios:

Publicar un comentario