Otra vez se ha escaqueado Malen. Esto ya empieza a ser una mala costumbre. A este paso, pronto se va a quedar sin excusas para justificarse. Ella se lo pierde, porque nosotros seguimos con nuestra preparación sin excusas y, sobre todo, sin ausencias. ¡Que el Camino no perdona, Malen!
A las 8:30 estábamos en el punto de encuentro oficial, donde nos percatamos que Joan estrena ¡otro culotte¡ Este chico no para, venga a estrenar, venga a estrenar… Por cierto, Sera también estrenaba maillot. Todos estamos adquiriendo el material que nos falta para nuestra aventura. ¡Cómo se nota que se acerca el día de la salida hacia la Vía de la Plata!
Nuestra idea era hacer el control de avituallamiento en Costitx por un camino muy bonito que nos habían recomendado, así que cogimos por la carretera vieja de Bunyola que es nuestro inicio de cabecera.
Al llegar a nuestra rotonda, parada técnica para evacuar líquidos. Cual no sería nuestra sorpresa cuando, en el sitio donde solemos miccionar, encontramos un letrero con el siguiente texto “SEÑORES CICHLISTAS NO MEARSE A QWI SO GUARROS”. Por supuesto, meamos, que el ciclista como Dios manda no acepta imposiciones, pero nos dejó alfombrados (estorats)…¡ya ni mear a gusto puede uno!
Ésta es la entrada de la dichosa finca
Aquí el cartelito de marras
Anécdota al margen, continuamos nuestra ruta por el Camí Vell de Muro hasta Biniali y, desde allí, cogimos por el camino recomendado. Bonito es, desde luego, pero tiene una rampa del 15% mínimo que costó lo que no está escrito. Suerte que es corta, pero no tanto como nos había dicho Fede, el valedor de esta ruta.
Sera paró a coger moras, que ya es sabido que les tiene querencia. A la tercera parada ya nos bajamos de la bici para ayudarle y, de paso, comer algunas aprovechando la coyuntura. Esta vez Sera se presentó con dos tapers para llenar. ¿Qué será lo próximo, un contenedor del “saco veloz”?
Sera reincorporándose al grupo después de una parada morera
Ésta es la prueba del delito
Vista general del camino
Algo debimos hacer mal porque aparecimos en la Carretera de Sineu. Tuvimos que dar un rodeo del copón para llegar a Sencelles y, entre las paradas moreras y el rodeo, se nos hizo un poco tarde así que decidimos avituallarnos en Sencelles.
Iglesia de Sencelles
Elegimos un Bar distinto del habitual y, la verdad, estaba todo bueno. Sera pidió un variado y Joan y yo nos conformamos con sendos bocatas de jamón y queso porque no nos gusta fardar.
La comida estaba buena, pero nos atendió un camarero empanado, empanado. Le pedimos dos tés con limón y un cortado y tuvo que salir tres o cuatro veces a que le repitiéramos la comanda porque no se aclaraba. Parece ser que se había acostado tarde y levantado temprano y el hombre no estaba para nada, pero era gracioso y nos reímos bastante con él.
La vuelta la hicimos, esta vez sí, por el camino correcto. No hay mucho que contar sobre ello, camino archiconocido y sin incidentes que reflejar. Sólo dejar constancia del viento en contra, pero esto ya se sabe, a la vuelta es lo típico.
El tiempo estaba medio nublado, amenazando lluvia, pero sin pasar de ahí y, además, el viento era más bien fresquito. Una delicia para ir en bicicleta.
Resumen de la salida:
Distancia recorrida: 70,61 Km.
Tiempo empleado: 3:36:38 horas.
Velocidad media: 19,61 Km/h.
Velocidad máxima: 42,18 Km/h.
P.D.: También hoy cumplía años otro miembro del grupo, el segundo más viejo, es decir, un servidor. No voy a decir la edad porque sigo sabiendo contar sólo hasta 57.
A petición popular, añado las fotos de las tartas que, justo es reconocerlo, estaban buenísimas y sus autoras, Aina y Yolanda, se las habían currado muchísimo. Muchas gracias a las dos.